Por otro lado visité varias iglesias y algunas capillas. Una de ellas guardaba uno de esos frescos ocultos en cal –entiendo que en tiempos remotos para salvar a la iglesia de la quema por la peste- que poco a poco se iba revelando en una pieza pictórica de incalculable valor histórico. Su sacerdote, un hombre ya mayor aún vestía con esos hábitos antiguos de un tiempo que ya se extingue.
También –y esto si fue para mí un privilegio-, visité en la iglesia de Santa María la Rica, otra preciosa iglesia enmarcada también en el centro de una ciudad que quiere guardar el perfume de Cervantes y de Lope, tuve el placer de ver en persona la escultura de mi querido amigo escultor e imaginero, Jesús Lastrucci. Y es que ver en directo una creación que vi nacer a través de las fotografías que me mandaba, fue sentir la emoción intensa de ver el libro de quien conoces en el escaparate de una librería, cuando no sólo lo has leído ya, sino que de algún modo participaste como espectadora durante su gestación.
También –y esto si fue para mí un privilegio-, visité en la iglesia de Santa María la Rica, otra preciosa iglesia enmarcada también en el centro de una ciudad que quiere guardar el perfume de Cervantes y de Lope, tuve el placer de ver en persona la escultura de mi querido amigo escultor e imaginero, Jesús Lastrucci. Y es que ver en directo una creación que vi nacer a través de las fotografías que me mandaba, fue sentir la emoción intensa de ver el libro de quien conoces en el escaparate de una librería, cuando no sólo lo has leído ya, sino que de algún modo participaste como espectadora durante su gestación.
Y mi punto final belenista llegó de la mano de Francisco Pérez Bustamante –junto a José e Israel-, a quién debo agradecerles la amabilidad con que me recibieron, además de regalarme una visita a las instalaciones de la Asociación Complutense Belenista que preside, llena de obras artesanales de incalculable valor, y desde donde se prepara el LI Congreso Nacional Belenista.
Me encantó esa última visita, el trato que tuvo conmigo y en definitiva, cómo fui acogida en una ciudad cuna de escritores y de artistas y artesanos que guardan en sus calles la música privada que hay tras el arte, esa partitura íntima que atraviesa el tiempo para hablarnos en primera persona como si tomáramos con unos amigos una cerveza con unas tapas.
Me encantó esa última visita, el trato que tuvo conmigo y en definitiva, cómo fui acogida en una ciudad cuna de escritores y de artistas y artesanos que guardan en sus calles la música privada que hay tras el arte, esa partitura íntima que atraviesa el tiempo para hablarnos en primera persona como si tomáramos con unos amigos una cerveza con unas tapas.
Gracias.
L.S.S
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